Me desperté un jueves a las diez de la mañana.
Normalmente uno cuando se despierta abre los ojos, por puro reflejo, ese día no lo hice. Vaya uno a saber por qué. Sonreí, me pareció algo muy raro y digno de una sonrisa.
A través de mis parpados veía los extravagantes tonos de rojo y naranja de los rayos del sol chocando con furia contra ellos. Las formas de las luces y sombras que formaban universos en mis ojos. Empecé a apreciar lo extraño del momento, pensando si se repetiría algún día. Me propuse pasar toda la mañana sin abrirlos. Me tape con la frazada, las llamas se extinguieron. Me era necesaria una voluntad extra para poder mantener los ojos cerrados. Era invierno, el frio en el aire silenciaba esas voces que me pedían que me levante.
Como siempre la velocidad de mi cabeza rompía todas las medidas hechas. Pensamientos y reflexiones entraron en juego, no podía quedarme ahí sin meditar un rato. Nacieron y murieron conclusiones, algunas se resistieron bastante.
Los sueños de aquella noche interrumpieron mis pensamientos. Esa habitación blanca tan iluminada que apenas se podía ver, la televisión en el medio y yo. Que a través de un artefacto que seguramente no existe, luchaba por sintonizarla para poder traerla de nuevo. En el fondo estaba esa música, que me recordaba tanto a ella y me desesperaba aun más. Y el color gris, siempre presente en mis sueños como un velo que lo cubre todo para darle más misterio.
3 comentarios:
que sueño simbolico produce la mente ingenua, como si supiera como son las cosas... ja
jajaj visteee terrible, alguien deberia avisarle que vive en sueños la pobre.no es no sea bueno solo para que no se confunda.
seguro que un poco de movimiento de depertar le falta, cuando sabremos que esta en la realidad?... misterio
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