Los pies mojados siguen caminando y no es casualidad
Ella, agua roja, dulce y helada, te lleva mas lejos
Y la fantástica aventura de ser un árbol que camina llega a su fin
Con el aliento seco, pero todavía con vida
Y las ramas que crecen de tus brazos apuntando siempre al sol,
como si expresaran una blasfemia hacia tu propia forma de vida
Ya obsoleta por lo mas simple que es el tiempo
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