miércoles, 23 de abril de 2014

Mujer

Entro por ambos ojos, eso me acuerdo. Se movía, molestaba, y decidí  removerla.
Conseguí un bisturí y extraje el ojo izquierdo.
Casi la alcanzaba y ella se movió mas para atrás, al cerebro.
No me dejaba pensar, y con gran dificultad comencé a abrirme el cráneo.
Mas rápida que yo volvió a correrse y bajo por la garganta.
Mis palabras chocaban contra ella, ya no podía hablar.
Siguió su camino y llego a los pulmones.
Desesperado me comencé a agitar  por la falta de aire y con un cuchillo mas grande que el bisturí me abrí el pecho y me rompí las costillas.
Faltaba muy poco, la sentía en mis manos.
La deseaba.
Pero yo sabia de sus intenciones y el miedo me congelo.
Ella siguió, corriendo por la sangre y llego al corazón. Jamas pude quitarla de ahí.

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